See you Again. (Mileena)

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El estar en aquel campamento era una completa catarsis para ella, estaba escapando de la realidad que en Israel le esperaba cuando el verano finalizara, pero en esta oportunidad sabia que no seria como en años pasados donde la pesadilla de casarse con un hombre que odiaba hasta las viseras se cumpliera... no claro que no, ya aquello era un hecho y era una joven mujer casada con un hombre que la única muestra de amor que tenia con ella era el haberla dejado venir una vez mas a Londres y disfrutar un poco.

Aunque volver no había sido fácil debido a que se topo con el ver a quien alguna vez quiso con tantas ansias en los brazos de otra chica y ser feliz con ella, eso abrió heridas pero no eran visibles, ya no era la rubia tonta que lloraba por las esquinas al ver que el chico que quería ni siquiera la miraba. Finalmente había aceptado como eran y serian las cosas, y les deseaba lo mejor a ambos desde el fondo de su ser.

Envuelta en vicios que la avergonzaban, dejaba que todo lo que alguna vez por miedo había evitado hacer ocurriese y eso abarcaba una larga lista de cosas que ahora eran parte de su día a día para afrontar la realidad... su realidad.

Dentro del campamento sus pasos la llevaron lentamente hacia aquella sala de música, quizás por el sonido del piano que fue dulzura para sus oídos y que nublaron sus pensamientos hasta los mas oscuros de ellos. La rubia de cabellos ondulados hasta mas abajo de la mitad de la espalda entro por el umbral de la puerta de aquel salón y vio aquel rostro conocido, una sonrisa floja se asomo en sus labios.

- Ariën... - susurro su nombre casi para ella misma mientras estrechaba su mano a la del rubio - Y si... tienes razón, dos años ... es sorprendente como pasa el tiempo de rápido -

Ella llevaba en su memoria el bello gesto que este tuvo con ella aquel verano, salvarla de seguir comprando aquel vestido, y sobre todo de haberle brindado una sonrisa amiga cuando en el fondo el también llevaba sus propias penas.

- Te vez muy cambiado... - confeso ladeando su rostro y soltando la mano del mismo - Aunque realmente siento que todo mundo a cambiado aquí - aquello salio con un toque de ironía en su voz, pues por más que no quisiese pensarlo, así eran las cosas... incluso por quienes consideraba sus amigos se sentía excluida.