Dress for my funeral... say my wedding (Ariën)

Horas y Horas, si habías pasado horas y horas y aun mas matando el tiempo en Lambeth "Por que no hacerlo" habías pensado aquella mañana, desde temprano abandonaste tu cabaña, aun no conocías del todo bien a las personas que estaban contigo pero el tiempo te daría oportunidad.

Socializar era lo tuyo pero te estaba costando un poco, algo en ti te pedía a gritos cada cierto tiempo cuestionar a todos los que se pararan frente a ti acerca de una chica de rostro feliz y radiante con toque angelical, su cabello castaño y ojos juguetones... pero curiosamente nadie sabia nada de Brianne y en verdad no deseabas sonar como disco rayado preguntando en cada esquina lo mismo... ademas deberías superarlo toda tu familia te lo había dicho incluso la familia de ella misma.

= Nadie tiene por que vivir aferrado a algo que ya esta perdido Ari, ella no lo habría querido así le gustaría verte feliz viviendo todo aquello que tanto le contabas... todos esos sueños = Las palabras de la madre de Brianne estaban clavadas en su cabeza... "Debo vivir la vida que siempre quise aunque... ella estaba en esos planes" Para eso habías venido aquí, para intentar aclarar tu mente y finalmente seguir adelante, no para preguntar por ella a cualquiera del campamento, aunque lo cierto es que aun te sientes culpable por su muerte " Si hubiese nadado mas rápido, ella estaría conmigo " Eso pensabas aunque todos habían comentado incluso los marinos que haber llegado a ella era imposible y el que llegases aunque fuera tarde había sido una proesa sobre humana por el poder del mar, no te importaba seguías sintiendo una inmensa culpa y dolor.

Te encoges de hombros como una especie de resignación, sacas de tus bolsillos las llaves del coche y haces sonar la alarma que hace de inmediato que se levante la puerta del copiloto, arrojas el par de bolsas que llevabas y por alguna extraña razón que no llegas a comprender miras a la calle..." demasiada gente " piensas mientras observas sin profundizar en lo que hay mas allá... y de pronto un grito histérico te hace mirar atrás giras incluso abriendo los ojos grandes preguntándote el que esta pasando.


De pronto ante ti la imagen de una joven rubia, el cabello alborotado sobre sus hombros y pecho se mueve mientras corre en la dirección donde te encuentras y al ver su cara lo sabes - Mileena - dices sin pensarlo, le habías visto un par de veces en el camp con la chica de carácter voluble, pero sabes que ella es mas amable, estiras el brazo y la tomas por la cintura miras atrás, una mujer viene tras ella, el tono de sus gritos sube mas y mas visiblemente enojada, miras a Mileena y ves tu coche. - Sube! vayámonos - te quedas mirándola esperando a que se suba al auto mientras abres la puerta de tu saleen y enciendes el motor, cierras la puerta de tu lado cuando ves a la mujer cada ves mas cerca y notas el parecido con la joven rubia, no quieres saber el por que, pero al ver a Mileena vestida de negro hecha un ramillete de nervios y a la mujer en histeria te imaginas que alguien a muerto.

Miras a Mileena de nuevo le haces la seña para que suba al auto es ahora o nunca.

Todo ocurrió tan rápido! No te diste cuenta en el momento que Mileena subió al auto ya que pasaste gran parte del tiempo miando la expresión de molestia de su madre, como su gesto se desfiguro al ver que la joven rubia subió al auto enfundada en el elegante vestido, casi sentiste como se te hacia un nudo en la garganta al ver al expresión de esa mujer, nunca habías tenido problemas con tus padres aunque aquello sonara de fabula, eras el niño consentido y mimado de ambos, tanto tu padre como tu madre pensaban que todo lo que hacías era "perfecto" y ver esa escena era como ver una película de drama para ti... completamente sub-real.

Haber vivido toda tu vida en una burbuja donde todo era felicidad te había alejado de la vida real, a tal grado que al perder a Brianne habías caído en una depresión algo que creíste era una mera invención de los loqueros por hacer gastar a las personas en medicinas que en realidad no requerían, pero al decidir llegara a este lugar tu propia madre te lo había dicho = Vas a conocer la verdad del mundo, no todos tienen tu suerte Hijo = Ella tenia razón, lo sabias desde hacia un tiempo y mas a cada momento.

La voz de Mileena te alejo la vista de su madre, pisaste el acelerador y saliste disparado por las calles de Londres, no sin antes escuchar un ultimo grito histérico = MILEEENNNNNNAAAAAAAAAAAA!!!= no giraste para mirar seguramente su rostro habría tomado un gesto aun peor a los anteriores, era aterradora esa mujer.

Una ves lejos del bullicio de la zona en la que estaban miraste a Mileena y te estacionaste en un lugar tranquilo, te quedaste mirándola ahí hecha un ovillo con los nervios alterados y quizá a punto de llorar, acercaste tu mano a su hombro muy lentamente y tocaste su piel dejando tu mano sobre el hombro antes de mencionar con la mayor delicadeza posible o bien toda la que encontraste dentro de ti mismo, la miras sin pretender molestarla y finalmente alzas la voz. - Estas bien Mileena? Que paso? - no sabes nada de eso, esperas no ser un entrometido .

El último grito de mi madre cuando Ariën por fin acelero el auto, fue la bomba que detono dentro de mí, mis nervios se dispararon como nunca antes lo había hecho, la había desobedecido cosa que jamás pensé hacer y mucho menos pensé que ella estaría de acuerdo que me casara con el demente ese, quizás era su modo de vengarse de mi por haber apresado a mi padre por sus experimentos inhumanos contra todo lo que le rodeaba incluso de ella misma ¿Qué gratitud la de ella no? Sea como sea  ya estaba alejándome de ella en un auto de un chico que apenas conocía su nombre y si acaso había cruzado unas cuantas palabras con él.

De a poco el chillido de mi madre se fue disipando y solo quedo un zumbido agudo en mis oídos que me hacía pensar en lo que había hecho,  en que había vuelto a huir de mi realidad y que no faltaría mucho para que mi madre tomara un teléfono y le informara estos a mis abuelos quienes ahora eran los encargados de mi cuidado… en pocas palabras más problemas.

La voz de Ariën fue la que me la que me trajo de nuevo a la realidad, pestañee rápidamente y mire por la ventana, detallando en donde estábamos, parecía un lugar tranquilo, mi cuerpo temblaba como si estuviese muriendo de frio o algo peor, respire hondo  antes de que mis ojos se nublaran con lagrimas, pase mis manos rápidamente por mis ojos secándolos, no quería que él me viera llorando, en realidad no quería que nadie me viese llorando de nuevo-

-No no estoy bien – comente aquello con un nudo en mi garganta, ya no sabía hasta que punto soportaría esto – ya no puedo mas –sin quererlo o mejor dicho sin poder evitarlo comencé  a llorar sin consuelo, apreté mis manos sobre mi regazo arrugando aquel vestido que traía – estoy harta Ariën… -le mire con los ojos llenos de lagrimas.

Quizás el no entendía ni medio de lo que estaba hablando yo, quizás era mejor que no lo supiera, que me escuchara sin entender, después de todo ¿cómo podría explicarle a un humano que yo era una licántropo y pese a eso estaba siendo llevada al altar contra mi voluntad?… la verdad es que no había como explicar eso a los demás sencillamente no podía.

Lejos ya, habías tomado la ruta mas distante del centro, aquel bullicio típico de un área de shopping, te alejaste una ves ahí encontraste un lugar tranquilo, habías estado ahí antes, cuando apenas llegaste a la ciudad, justo enfrente un café- restaurante-bar donde habías tenido tu primera cena inglesa, sabías que era un lugar tranquilo mas bohemio y alejado de las cantidades enormes de gente, era algo mucho mas privado un área menos concurrida.

Mileena, aquella chica rubia que si bien no conocías bien te parecía muy agradable y no solo a la vista, se veía claramente que se trataba de alguien amable y condescendiente con los demás, su mirada dulce le delataba, pero ahora ella estaba ahí en tu auto llorando, quería ocultarlo era obvio a nadie le gusta que le vean llorar a ti no te gustaba, por un año entero habías ocultado que llorabas aun por la partida abrupta de Brianne.
Cuando sus lagrimas no se contuvieron mas te diste cuenta de lo mucho que ella estaba sufriendo no sabías bien por que pero si conocías el sufrimiento cara a cara.

-Mileena... - te quedas sin palabras, la miras... tu mano toma una de las suyas haciendo que deje de apretar con aquella fuerza ese vestido negro de alta costura que trae puesto - No se que clase de situación estés pasando pero... comprendo bien ese sentimiento cuando sientes que nada ni nadie entiende lo que te pasa... y peor aun no puedes hacer nada para remediarlo, créeme he estado en esa inconveniente posición- Buscaste su mano libre con la tuya y también la tomaste haciéndola girar hacia ti apenas un poco mas - Se que no me conoces Mileena ni yo mucho a ti pero mírame estoy aquí salvándote de alguien en medio de la calle - una apenas sonrisa se planta en tus labios - Siempre hay alguien quien pueda ayudarte, ya sea por un problema grave o inclusive la muerte de alguien - Algo te decía o suponías que de eso se trataba - No te puedes dar por vencida la vida es dura pero no tenemos mas remedio que mirarla de frente y abofetearla también- le sueltas las manos y llevas tus manos a sus hombros inclinándote un poco hacia ella para observarla de cerca quieres ayudarla y harás lo posible por que así sea.

Finalmente te das cuenta, la burbuja en la que vives, o viviste todos los primeros años de tu vida antes de que la misma te mostrara que nada es feliz solo por que si en este mundo, Mileena también esta en una situación complicada, la vida es así lo sabes y por mas que tu corazon te lleve a un camino y tu razón a otro la vida siempre encontrara la manera de joderte.

Te das cuenta que las cosas con ella pintan complicadas, como si Mileena no sintiera escapatoria segura de su situación, su familia quizá no le apoyaba... pero siempre había una opción, eso te decías siempre y seguramente ella la encontraría.

Sueltas su mano cuando se libera para limpiar sus lagrimas, las cosas estan dificiles pero cuando es así sabes que lo mejor es simplemente pasar por alto todo aunque sea por unos momentos, le escuchas y le das una palmada en el hombro antes de dedicarle una sonrisa amena, la mejor que puedes darle.

-Vale... pero sabes que... en este momento no quiero que pienses en eso, al diablo con todo, quiero que mandes al diablo todo lo que te este molestando, olvídalo, ignóralos a todos tomate un tiempo respira piensa las cosas tranquila- De pronto sales del auto, caminas hacia la puerta del copiloto y abres la puerta tomando una mano de Mileena al andola fuera del auto - Vamos Mileena acompáñame - no quieres que le de mas vueltas a el asunto, cuando los problemas están por comerte sueles hacer esto y de un tirón terminar olvidando te de todo, con la cabeza fría sueles actuar mejor.

Esperas que a ella le funcione mejor o igual que a ti - Deja todo atrás solo por un instante, piensa en cosas que puedes controlar no le des mas vueltas a los asuntos perdidos... me sigues? - Sabes que suena como una locura pero no te resistes a que ella olvide todo aunque sea por unas horas.

Alguna ves alguien te hizo eso a ti, te apoyo te saco del encierro de meses en tu cuarto te hizo alejarte de todos los problemas que rondaban tu cabeza y te dio un respiro a esa persona se lo agradecías con el alma, Robin había hecho que tu vida fuera dos velocidades mas despacio y tomaras decisiones mas justas contigo mismo y menos cómodas para los demás. Quizá no seria lo mismo, y mucho menos esperabas a que ella te lo agradeciera algún día, simplemente lo hacías con el afán de ayudar como alguna vez lo habían hecho para contigo.

Era tan simple para Ariën decirme que mandara todo al diablo, como quisiera poder tener esa misma facilidad de los demás de que todo le importara tan poco y aunque sabía que por ahora no podía hacer más que eso, respirar hondo y esperar a que un milagro apareciera antes mis ojos; debía intentar eso de que mis pulmones se llenaran de aire y tratar de normalizarme… fuera como fuera ese matrimonio iba a ocurrir quisiera o no ya no había mucho más que hacer solo esperar y no mortificarme desde ahora, debía aprovechar estos últimos meses donde era libre.

Me baje del auto sin decir nada, podía sentir ese esfuerzo que Ariën estaba poniendo por sacarme de ese estado deprimido y de desesperación en el que me encontraba y de muchos modos se lo agradecía… era la primera persona después de Luciana que intentaba rescatarme de mi misma. Tome su mano con fuerza por unos instantes y respire fuertemente y seque mi rostro despacio, mi mirada se alzo y se encontró con sus ojos y en mis labios se pinto una sonrisa débil pero sincera.

-Gracias… -susurre despacio mientras soltaba su manos- eres la primera persona que recién me conoce pero quiere salvarme de mi depresión –ladee mi rostro por unos instante observándole.

Algo extraño sucedió poco después de eso, sentía que las miradas de las personas que nos rodeaban se fijaban en mí ¿y cómo no hacerlo? Después de todo seguía vestida con aquel vestido de alta costura, suspire cansada antes de volver a dirigirme a quien aquel momento catalogue como un nuevo y verdadero amigo.

- Emmm… Ariën – dije un tanto apenada – no quiero sonar grosera o que me aprovecho pero no creo que sea bueno que ande vestida así todo el día… pensaran que me escape de una obra teatral o algo – dije soltando apenas una risa convincente y tímida

Quizás si necesitaba de una compañía distinta, alguien que al verme no viera mis penas, esas que siempre e irrefutablemente siempre me estaban persiguiendo, alguien que al verme no sintiera lastima o me viera como un dolor de cabeza, quizás solo necesitaba la compañía de un completamente extraño y despreocupado que me hiciera olvidar mi vida por al menos unas horas… al menos eso.

No necesitabas de ser un genio para saberlo, su problema era grave y le agobiaba terriblemente su expresión, la forma en la que había estallado en llanto cada problema era difícil a su manera, entendías que la joven estuviera tan contrariada en tu caso habías estado así o peor... a menos que ella hubiese tenido ideas tan disparatadas como las tuyas sobre que era mejor un final inminente. Te viste ahí abriéndole la puerta esperando hacerla salir, finalmente lo hizo claro estaba aun con el pesar en cada palmo de su ser, era algo complicado pero no querías que siguiera pensando en ello.

Salio del auto con un suave gracias saliendo de sus labios, sonreíste sereno mientras llevabas tus manos a tus bolsillos traseros asegurándote de traer contigo tu billetera, no andarías por ahí paseando sin dinero una ves que la palpaste hablaste por fin - De nada- musitaste mientras los transeúntes curiosos miraban a la chica con novedad.

De pronto las palabras de Mileena te alejan de la gente que camina por la calle y le sonríes con cierta ironía y te encoges de hombros - Bueno... supongo que solo quiero regresar un poco de lo que a mi me dieron alguna ves, aveces las personas necesitan un pequeño empuje para salir adelante en sus vidas - recuerdos... llegaron de lleno y de golpe fue duro, pero ya lo habías superado... lo mas posible.


Justo entonces su nerviosismo se hizo claro y no pude mas que reír al escucharla - Haa no te recogí de la calle vestida como modelo así te quedas!- tu rostro serio duro poco y la carcajada pego de golpe igual que como cerro la puerta del auto cuando la cerraste de un manotazo, - es broma, ven por aquí venden ropa- la tomaste de la mano y caminaste a dos locales del lugar donde planeabas llevarla a perder el interés por los problemas aunque fuera por unos minutos, abriste la puerta de la tienda Pepe Jeans bastante casual para suerte de ambos siendo Londres podrías terminar en una tienda donde vendieran algo aun mas fashion que lo que ya llevaba puesto Mileena y le soltaste haciéndola entrar primero mientras sostenías la puerta, tu y tus costumbres caballerosas, entraste justo detrás de ella y viste toda la ropa ahí colocada en los exibidores y sin previo aviso ya llevabas contigo un par de playeras